10 Consejos Bíblicos para una Vida Cristiana Más Plena en 2025

La segunda mitad de 2024 ha significado un avance en mi vida personal, ya que he comprendido la importancia de vivir sabiamente en un mundo que constantemente nos seduce a vivir sin sabiduría. Y por supuesto, a medida que entramos en un nuevo año, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre nuestras vidas y orar al Señor que nos enseñe a ser sabios:
«Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que crezcamos en sabiduría.» (Salmo 90:12 NTV)
Al considerar tu vida de cara al año nuevo, quiero ofrecerte humildemente algunos consejos que han estado rondando por mi mente y tomando forma poco a poco en mi vida en los últimos meses, esperando que estos consejos bíblicos te permitan tener una vida cristiana más plena en 2025.
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1. Ora regularmente
La oración es nuestra línea directa con Dios. Es como tener el número de la persona más importante del universo, el Creador mismo, con la garantía de que siempre que llamemos, escuchará lo que tengamos que decir y responderá nuestras peticiones. El Señor nunca nos deja en visto.
La Escritura nos exhorta: “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17), lo cual significa que no deberíamos pasar demasiado tiempo sin orar. Deberíamos hacer de la oración un hábito que practiquemos de manera regular. Por tanto, este nuevo año, haz de la oración un hábito diario, ya sea al despertar, durante las comidas o antes de dormir. No importa cuándo ores; lo importante es que lo hagas.
2. Lee la Biblia varias veces a la semana
En un mundo ideal, los cristianos deberíamos leer la Biblia todos los días. La Palabra de Dios tiene una importancia primordial para todos los creyentes, y deberíamos meditar en ella a cada momento del día (Salmo 1:1-3).
Pero si por alguna razón no puedes leer la Biblia todos los días, léela varias veces a la semana. Por ejemplo, podrías leerla lunes, miércoles y viernes. Si te comprometes fielmente con este esquema, al final del año habrás leído la Biblia durante unos 150 días. Es un gran avance.
3. Congrégate de manera regular
Este fin de año ha sido muy ocupado para mí, por lo que no pude estar presente las últimas dos semanas del año en mi congregación local. Eso puede pasarte también. Pero el consejo es no dejar de lado la comunión con otros creyentes del todo.
El escritor a los Hebreos nos anima a no dejar de congregarnos, no hacer que el no asistir a la iglesia se haga una costumbre en nosotros (He. 10:25). El Señor sabe que muchas veces habrá impedimentos para tu asistencia a la iglesia. Pero que eso no sea una fuente de desánimo para dejar de congregarte. Haz lo posible por ir la siguiente vez y congregarte de manera regular.
4. Evita las deudas y trabaja para salir de ellas
Aunque no siempre lo vemos así, las deudas pueden convertirse en una carga que afecta tu bienestar general. Las deudas pueden quitarte la paz y enfermar tu cuerpo. Si no tienes deudas, procura no contraerlas. Si ya las tienes, intenta salir de ellas.
Proverbios 22:7 advierte que “el que toma prestado es siervo del que presta”. Diseña un plan para pagar tus deudas y evita contraer nuevas deudas. Considera esto muy cuidadosamente: manejar tus ingresos sabiamente te permitirá alcanzar una mayor estabilidad financiera y te producirá paz.
5. Gasta menos de lo que ganas
Este parece un cliché dicho por miles de consejeros financieros, pero es un secreto importante para vivir en plenitud. Vivir dentro de tus posibilidades es clave para una buena administración de los recursos económicos que el Señor te permite obtener.
Además, es una marca de sabiduría. Mira lo que dice Proverbios 21:20: “El sabio ahorra para el futuro, pero el necio gasta todo lo que tiene” (NTV). Quizá una de las primeras cosas que necesitas hacer para este nuevo año sea revisar tus gastos. Mira hacia dónde va cada parte del dinero que recibes e intenta eliminar los gastos innecesarios. Este hábito no solo protegerá tu economía, sino que te permitirá ser generoso con los demás.
6. No sirvas de fiador
Quizás te has llegado a convencer de que servir de fiador a tus amigos o familiares es una manera de ayudarles. Pero debes saber que es una manera de ponerte la soga al cuello. Si estás preparado para pagar la deuda de tus familiares y amigos, adelante. Pero si no, lo mejor será que te mantengas al margen.
Proverbios 22:26 nos advierte contra ser “de aquellos que se comprometen, ni de los que salen por fiadores de deudas”. Aunque parece un acto altruista, considera formas alternativas de ayudar sin comprometer tus propios recursos ni arruinar tus relaciones interpersonales.
7. Procura ahorrar dinero
Sé que es difícil ahorrar dinero. Es una disciplina con la que no estamos tan familiarizados. Pero es algo sabio que la Biblia recomienda. Nuevamente, déjame recordarte Proverbios 21:20: “El sabio ahorra para el futuro, pero el necio gasta todo lo que tiene” (NTV).
Si despilfarramos todo lo que tenemos y no vemos hacia el futuro, seguramente la historia de nuestra vida no será muy agradable. Recuerda el ejemplo de la hormiga en Proverbios 6:6-8, o el ejemplo de José en Egipto (Génesis 41), quienes se proyectaron hacia el futuro y supieron ahorrar para cuando la necesidad fuera apremiante.
8. Reduce tu uso de las redes sociales
Por más que el mundo nos quiera convencer de que necesitamos estar en todas las redes sociales, estas no son una necesidad esencial para nuestra vida. A menos que sean esenciales para tu trabajo o negocio, no son más que juguetes que te entretienen y envenenan tu mente, te quitan la capacidad de concentrarte en cosas importantes, te hacen perder tiempo relevante, y producen más pérdida que ganancia.
El apóstol Pablo nos exhortó a aprovechar el tiempo en Efesios 5:16. La vida es breve. No querrás ver pasar tus años sentado frente a una pequeña pantallita luminosa que tiene todo el potencial de enfermar tus emociones y tu mente. Limita tu uso de estas plataformas y dedica más tiempo a actividades enriquecedoras como leer, aprender algo nuevo o fortalecer tus relaciones personales.
9. Adopta una alimentación más saludable
Cuidar nuestro cuerpo es una forma de honrar a Dios, quien lo ha hecho Su templo (1 Corintios 6:19-20). Una vida más plena no vendrá como producto de una alimentación descuidada. Podría ser todo lo contrario. Así que, en cuanto sea posible para ti, te invito a optar por alimentos más naturales y nutritivos y limitar los productos procesados y azucarados. Una dieta balanceada mejora tu energía y bienestar general, ayudándote a cumplir tus responsabilidades con mayor eficacia. A la vez, podría disminuir las posibilidades de que desarrolles enfermedades crónicas.
10. No descuides el ejercicio físico
En los últimos meses, he descubierto que las caminatas más o menos largas me traen muchos beneficios, tanto para mi espíritu como para mi cuerpo. Y es que el ejercicio regular es fundamental para mantenernos saludables y activos. Y ya que somos el templo del Espíritu, cuidar nuestro cuerpo es una responsabilidad que compartimos todos los cristianos. Es cierto, comparado con el cuidado espiritual, el ejercicio corporal es poco provechoso (1 Ti. 4:8), pero ¿qué tal si el ejercicio físico se convierte también en un hábito espiritual en el que cuidas responsablemente de la vida que el Señor te ha dado? Encuentra una actividad que disfrutes, como caminar, nadar o practicar un deporte, y conviértela en parte de tu rutina semanal.
Te deseo un bendecido año 2025, en el que puedas disfrutar de una vida más plena, como resultado de vivir sabiamente en un mundo marcado por el caos.