El Evangelio: Un Glorioso Intercambio
Vivimos en tiempos de mucha confusión sobre el mensaje del evangelio de Cristo. Muchos se han alejado de la Biblia y han cambiado el evangelio que glorifica a Dios, por un evangelio centrado en el hombre. Esto no es más que una manifestación de la tendencia humana hacia la idolatría (Ro. 1:21-23).
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Pero hay solución. Ante esta confusión, necesitamos regresar a la Biblia. Y al hacerlo, encontraremos que el evangelio nos cuenta la historia de cómo Dios hizo un glorioso intercambio: Castigó a Cristo y premió a los pecadores:
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
2 Corintios 5:21
Este es el evangelio en un versículo. Este es el evangelio que proclamaba el apóstol Pablo. Este es el contenido que del mensaje del evangelio que nosotros debemos proclamar.
Dios hizo un glorioso intercambio
El versículo dice que «por nosotros [Dios] lo hizo pecado». Siendo un Dios Santo que no puede relacionarse con el pecado, ni con nada que esté contaminado con el mismo, el Señor tomó la iniciativa de llevar a cabo un intercambio en el que castigó al Inocente (Cristo) para salvar a los culpables (nosotros).
Esto demuestra quién tiene el control total en la salvación de los pecadores.
Nosotros no somos más que pecadores en manos de un Dios airado, como predicó el gran Jonathan Edwards. Pero ese Dios airado es también un Dios de gracia y misericordia que se deleita en perdonar (Miq. 7:18).
Según Su perfecta voluntad y Su gran amor, el Padre quiso cargar sobre Cristo los pecados de los hombres. ¡Dios quiso quebrantar a Cristo, sometiéndolo a padecimiento por nuestra causa! (Is. 53:10).
Cristo recibió nuestro castigo
Para describir a Cristo, el apóstol Pablo dice que él es Aquel “que no conoció pecado”. A diferencia de nosotros, que rompemos la ley de Dios a cada momento, el Señor Jesús vivió una vida de perfecta obediencia a la ley de Dios (Mt. 5:17-18). Esto le convierte en el único que podía salvarnos.
Debemos recordar que la ley de Dios exigía que el sacrificio presentado al Señor fuera sin defecto (Dt. 17:1). El Señor incluso mostró su descontento al pueblo de Israel cuando venían ofreciendo sacrificios defectuosos (Miq. 1:8).
Por eso, solo alguien que no tuviera pecado, que fuera sin defecto, podía servir como el sacrificio para salvarnos. Y Jesús es esa persona. Mira cómo lo describe la carta a los Hebreos:
Porque convenía que tuviéramos tal Sumo Sacerdote: santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores, y exaltado más allá de los cielos, que no necesita, como aquellos sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios diariamente, primero por sus propios pecados y después por los pecados del pueblo. Porque esto Jesús lo hizo una vez para siempre, cuando Él mismo se ofreció. Porque la ley designa como sumos sacerdotes a hombres débiles, pero la palabra del juramento, que vino después de la ley, designa al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Hebreos 7:26-28
El majestuoso León de Judá se convirtió en el Cordero inmolado que llevaría los pecados del pueblo. Por nosotros [Dios] lo hizo pecado, es decir, lo trató como pecador.
Es abrumador pensar que Cristo, siendo por naturaleza Dios, y estando con el Padre en una relación de amor y gozo eterno, accediera a dejar Su trono de majestad, hacerse semejante a los hombres, y salvar a pecadores que lo único que hacen es voluntariamente hundirse más en el pecado.
Nuestra salvación es posible porque Cristo recibió nuestro castigo.
¡Dios castigó a Cristo en nuestro lugar!
Nosotros recibimos la justicia de Cristo
En alguna parte he leído o escuchado que lo único con lo que hemos contribuido para ser salvos es nuestro pecado. Y eso parece ser correcto. El profeta Isaías escribió:
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Isaías 53:6
La rebeldía del hombre contra Dios es total. Cada quien busca hacer lo que su propia mente le dicta, e ir a donde su propio camino lo lleva.
Sin embargo, en el glorioso intercambio que el Padre hizo por Su perfecta voluntad, podemos acceder a la justicia y nueva vida que tanto necesitamos. Mientras que Cristo recibió nuestro castigo, nosotros recibimos su justicia.
Él recibió un castigo que no merecía. Nosotros recibimos una justificación que no merecemos.
Si habláramos en términos de deudas, nuestras deudas fueron puestas en el récord de Cristo y cobradas cabalmente, y su récord de perfección y solvencia han sido acreditados a nuestro favor.
Gozándonos en el glorioso intercambio
Me gusta mucho la canción «Glorioso Intercambio» de Sovereign Grace Music y La IBI. Creo que su letra expresa, de manera sublime, la consciencia de un pecador que ha recibido perdón, gracias a que Dios quiso castigar a Cristo y premiar a los pecadores.
VERSO 1
¿Cómo puede ser que el Bueno y Justo
Se hizo hombre y fuera a morir
Por el más vil pecador?
¿Cómo siendo yo su enemigo
El sufrimiento en mi lugar tomó
En aquella cruz?PRE-CORO
Y cargó mi maldad sobre Él
Su rectitud, por la fe, mía esCORO
Aleluya, glorioso intercambio
Oh cuán gran misterio
Que por gracia salvo soy
Aleluya, gloria sea a Cristo
Por su sacrificio
Declarado justo soy en ÉlVERSO 2
Glorioso Intercambio | Tomado de aquí.
¿Cómo es posible que en Jesús
Como a su Hijo Él me recibió
Y Su nombre llevo hoy?
Su perfecta vida de obediencia al Padre
Al yo creer, Él me otorgó
Y perdón me dio
¿Quieres regocijarte en la salvación? Escucha esta alabanza:
Este artículo fue originalmente escrito en octubre de 2021.