La Adoración según la Biblia: 5 Verdades Bíblicas
La adoración es un aspecto fundamental en muchas tradiciones religiosas, y en la fe cristiana, ocupa un lugar central. Cuando nos reunimos con otros creyentes, lo hacemos para adorar al Señor. Sin embargo, existen ciertas dudas sobre la naturaleza de la verdadera adoración, así que en este artículo, consideraremos 5 verdades sobre la adoración según la Biblia.
Contenido de este artículo
1. La adoración es un acto de entrega
La adoración bíblica implica entregarse a Dios, reconociendo Su supremacía (Sal. 150:2). En la vida de Abraham, encontramos un ejemplo de entrega profunda a la voluntad del Señor.
Génesis 22 nos cuenta el relato de cómo Abraham estuvo dispuesto a ofrecer a su hijo, Isaac, como sacrificio, demostrando su obediencia y completa entrega a la voluntad de Dios. Este acto de adoración fue una prueba de la fe y la confianza de Abraham en el plan de Dios.
Ahora bien, es digno de notar que la respuesta de Abraham fue un acto de adoración en sí mismo y agradó al Señor:
El ángel del SEÑOR llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo, y le dijo: —Como has hecho esto, y no me has negado a tu único hijo, juro por mí mismo—afirma el SEÑOR—que te bendeciré en gran manera, y que multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena del mar.
Génesis 22:15-17a NVI
El apóstol Pablo llamó a los creyentes de Roma a entregarse al Señor a sí mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios (Ro. 12:1). Nuestra muestra de adoración al Señor es entregarnos a nosotros mismos, presentar nuestros miembros (nuestra vida) delante de él como ofrenda de gratitud por su misericordia.
No lo olvides: Cuando entendemos la adoración como un acto de entrega al Señor y la ofrecemos así, el Señor se agrada y la acepta como olor grato.
2. La Adoración es una respuesta a la revelación de Dios
Cuando el salmista escribe que debemos adorar al Señor por sus proezas y conforme a la muchedumbre de su grandeza (Sal. 150:2), implica que el Señor ha revelado esas proezas y esa grandeza. Por tanto, podemos afirmar con seguridad que la adoración es una respuesta a la revelación de Dios sobre Sí mismo.
Consideremos el ejemplo de Moisés. Cuando se encontró con la zarza ardiente en Éxodo 3, se postró en adoración porque reconoció la santidad de Dios y respondió con reverencia.
Tomemos también el ejemplo de Pedro. Cuando el Señor reveló su gloria permitiéndoles pescar tanto que las redes estaban a punto de romperse, reaccionó con asombro, humildad y adoración. Reconoció su propia pecaminosidad y la santidad del Señor que estaba delante de él:
Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!
Lucas 5:8 NVI
Recuérdalo: La adoración bíblica es una reacción al entendimiento de quién es Dios y lo que ha hecho por nosotros.
3. La adoración involucra alabanza y acción de gracias
Los Salmos son un tesoro de ejemplos de adoración a través de la alabanza y la acción de gracias. El Salmo 100, por ejemplo, alienta a los creyentes:
Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre. Porque el SEÑOR es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre.
Salmos 100:4-5
Estos versículos son un llamado a la adoración que deberíamos leer todos los días que nos reunimos como creyentes para alabar al Señor. Es probable que los afanes de la vida nos hagan olvidar que debemos entrar en la presencia del Señor con profunda gratitud por la bondad del Señor y su amor eterno para con nosotros.
Pero el salmista nos llama a alabar al Señor por ser un Dios fiel y verdadero que cumple sus promesas, que derrama sobre nosotros su bondad, y que nos cuida en todo momento.
Ten en cuenta esto la próxima vez que vayas al Señor en adoración: La adoración no se trata principalmente de pedir las bendiciones de Dios, sino de reconocer y agradecerle por Su bondad y fidelidad.
4. La adoración debe ofrecerse en espíritu y en verdad
Si has estado asistiendo a una comunidad cristiana durante cierto tiempo, seguramente habrás escuchado alguna referencia a Juan 4:24, donde Jesús le dice a la mujer samaritana en el pozo:
Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
Juan 4:24 NVI
Adorar al Señor en espíritu implica que nuestra adoración, para que sea bíblica, debe ir más allá de los rituales externos. Adoración no es simplemente cantar por cantar, orar por orar, leer la Biblia por leer la Biblia, reunirnos por reunirnos, etc. La adoración bíblica requiere sinceridad y un corazón genuino. No se trata de seguir mecánicamente ciertas acciones, sino de conectarnos con Dios espiritualmente.
Adorar al Señor en verdad implica que debemos adorarlo conforme a su verdad. Cierto es que la frase «en verdad» pudiera implicar la sinceridad de nuestro corazón, pero también debemos adorar al Señor con entendimiento de quién es él en realidad, tal como hemos considerado anteriormente.
Para recordar: Nuestra adoración a Dios debe ser sincera, verdadera, y llena de la Biblia.
5. La adoración es un estilo de vida
Si lees todo el pasaje de la conversación de Jesús con la mujer samaritana, notarás que una de las preocupaciones más importantes para la mujer era sobre el lugar en que debemos adorar al Señor. Sin embargo, la respuesta del Señor sobre este asunto es clara:
Nuestros antepasados adoraron en este monte, pero ustedes los judíos dicen que el lugar donde debemos adorar está en Jerusalén. —Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre.
Juan 4:20-21 NVI
La implicación directa de este versículo es que la adoración bíblica no se limita a un momento o lugar específico. Se extiende más allá del servicio en la iglesia y se convierte en un estilo de vida.
Volvemos nuevamente al ejemplo del apóstol Pablo cuando, en Romanos 12:1, insta a los creyentes a ofrecer sus cuerpos como sacrificios vivientes:
Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
Romanos 12:1 NVI
Este pasaje es un llamado a la adoración constante; significa que cómo vivimos nuestras vidas diarias puede ser un acto de adoración cuando se hace para honrar a Dios.
Guárdalo en tu mente: La adoración no se limita a un lugar (el templo) ni a un tiempo específico (el culto público), sino que se extiende a todas las cosas de tu vida.
Como habrás notado en este artículo, la adoración según la Biblia es un concepto multifacético que abarca la entrega, la respuesta a la revelación de Dios, la alabanza y la acción de gracias, la autenticidad y un estilo de vida de devoción. Si quieres refinar tu adoración al Señor, harás bien en tener en cuenta estos principios y verdades bíblicas sobre la adoración.