Cómo Ser un Mejor Lector de la Biblia
Estoy leyendo el libro Reading John, escrito por Christopher W. Skinner. Es un libro sobre cómo leer el evangelio de Juan. Y alguno me preguntará: ¿Acaso no sabes leer? Claro que sé leer. Pero tener la habilidad básica de leer no significa que sabemos cómo leer correctamente, especialmente cuando se trata de textos escritos hace miles de años. Y si no sabemos cómo leer correctamente, lo más seguro es que cometamos errores de interpretación.
Por eso me pareció interesante comenzar a leer el libro de Skinner, pues brinda claves para hacer una mejor lectura del evangelio de Juan. En el primer capítulo, el autor brinda algunos puntos de partida importantes a tener en cuenta a la hora de leer el Cuarto Evangelio. Estos puntos de partida, sin embargo, pueden ser útiles a la hora de leer cualquier otro libro de la Biblia.
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Todos leemos la Biblia de manera diferente
Si has ido a la playa o a cualquier lugar donde el sol alumbra con fuerza, sé que alguna vez habrás usado lentes de sol para ver el paisaje. Sin los lentes, la claridad del sol es molesta e impide la visión. Con los lentes de sol, la claridad deja de ser molesta y la visión se aclara. Sin embargo, dependiendo del tipo de lentes que uses, los tonos, los colores y la experiencia de visión en general se verá afectada de alguna manera. Esto mismo aplica cuando leemos la Biblia.
Skinner cuenta que, siempre que inicia un nuevo curso para enseñar a las personas cómo estudiar la Biblia, le gusta comenzar con estas palabras:
Tengo un conjunto de lentes que ustedes no pueden ver, pero sin los cuales yo no podría ver. Son los lentes de mi origen y mis experiencias, mi género y mi educación, mi etnia y mi formación. Esos lentes conforman, colorean, informan e incluso empañan mi visión del mundo y mis mejores intentos por ser objetivo. Lo mismo ocurre con cada uno de ustedes. (pp. 1-2)
Estos lentes son el contexto mismo en el que leemos la Biblia. La formación bíblica previa que tengamos (o la falta de la misma) determina cómo leemos cualquier libro de la Biblia. Eso hace que nuestra lectura siempre esté condicionada por la subjetividad. Y si queremos ser un poco más objetivos, necesitamos unos mejores lentes.
Claves para leer la Biblia
Aunque las claves o puntos de partida que ofrece Skinner están enfocadas en el Evangelio de Juan, las he adaptado para que tengan un sentido general y puedan servirte para leer cualquier libro de la Biblia.
1- Esfuérzate por comprender la audiencia original.
Skinner escribe:
“Es habitual que la gente moderna se acerque a la literatura—tanto antigua como moderna—sin preguntarse nunca: «¿Para quién se escribió esto originalmente?». También es bastante común que las personas que se identifican con la tradición cristiana lean el Nuevo Testamento como si los creyentes cristianos de cualquier siglo fueran el público al que iba dirigido.” (p. 3)
Otros estudiosos de la Biblia han afirmado: “La Biblia fue escrita para nosotros, no a nosotros“. Aunque somos la audiencia final, no somos la audiencia original. Debemos esforzarnos por comprender quienes fueron los destinatarios originales, para que podamos comprender el mensaje original, interpretar correctamente y aplicar saludablemente.
2- Ten en cuenta que la Biblia no fue escrita en español.
Los distintos libros de la Biblia fueron escritos originalmente en Hebreo, Arameo o Griego. Skinner escribe:
“Aunque la mayoría de las traducciones […] transmiten adecuadamente el mensaje [de los libros de la Biblia], no cabe duda de que el conocimiento de [los idiomas bíblicos] puede servir para informar y mejorar la experiencia del lector moderno con el texto. Cualquiera que haya estudiado otro idioma sabe que no existe una correspondencia unívoca entre un mundo de pensamiento y otro. A veces puede resultar muy difícil tomar una idea tal y como se expresa en el lenguaje de una lengua y trasladarla fielmente a otra.” (pp. 3-4)
Esto puede ser una barrera o una oportunidad que nos anime a buscar comprender los idiomas bíblicos. Y aunque nada se compara con la formación teológica formal, hay buenos comentarios y herramientas bíblicas que nos pueden acercar un poco más al sentido original de los textos bíblicos.
3- Recuerda que cada libro tiene sus propias características.
Es importante comprender las particularidades de cada libro y leerlo en sus propios términos. Skinner escribe:
“Es frecuente que muchos lean los cuatro evangelios a la luz de los demás, a la luz del resto del NT, o incluso a la luz de un determinado sistema teológico o confesión.” (p. 4)
Sin embargo, antes de comenzar a hacer conexiones entre los distintos libros de la Biblia, deberíamos esforzarnos por comprender cada libro en sus propios términos.
Skinner sugiere:
No podemos apreciar plenamente cómo los escritos [de la Biblia] se relacionan entre sí hasta que hayamos comprendido la voz distintiva de cada uno. (p. 4)
4- No hay tal cosa como una lectura 100% objetiva de la Biblia.
Skinner escribe:
Cuando llegamos al texto, nos traemos a nosotros mismos al texto. Cuando estudiamos la Biblia, perseguimos un ideal prácticamente inalcanzable: queremos saber qué dice el texto, qué quiere decir. Si queremos leer el Evangelio de Juan con honestidad, debemos reconocer que cada uno de nosotros aporta mucho al texto. Lo que aportamos al texto es a menudo tan determinante para encontrarle sentido como lo que realmente encontramos en él. La mayoría de las veces, lo que aportamos al texto es el factor más decisivo para determinar el sentido, nos demos cuenta de ello o no. Como he dicho antes, todos debemos reconocer la influencia de nuestros lentes y, al mismo tiempo, tratar de trascenderlos. (p. 6)
Esta es una verdad que debería impulsarnos a esforzarnos por mejorar la calidad de nuestros «lentes de lectura de la Biblia».
Espero que estas claves te ayuden a ser un lector más consciente de la Palabra de Dios.