La Importancia de Leer la Biblia: 4 razones para leerla ya
Si tuvieras la oportunidad de diagnosticar el estado de salud espiritual de un cristiano, un criterio que sin duda deberías evaluar sería el grado de importancia de leer la Biblia para el creyente.
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Leer la Palabra de Dios es indispensable para los cristianos, ya que ella ocupa un lugar central en el ejercicio de nuestra fe y práctica.
Nos permite conocer y relacionarnos con Dios de manera correcta, al mismo tiempo que es el alimento que necesitamos día a día para nutrirnos y crecer espiritualmente.
Por eso, en este artículo, quiero compartir contigo cuatro razones por las que comenzar a leer las Escrituras debe de ser la motivación más grande por la cual debes vivir.
Razón #1 – Porque Dios es su Autor
El apóstol Pablo, en su segunda carta a Timoteo, hace una afirmación que, en sí misma, resalta la importancia de leer la Biblia:
Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.
2 Timoteo 3:16-17 (NVI)
La totalidad de las Escrituras tienen como fuente a Dios mismo, no estás frente a un libro que contiene simples palabras humanas que con el tiempo pueden ser olvidadas.
Estás frente a la Palabra Inspirada de Dios, la misma que dio forma al universo y por la cual todas las cosas llegaron a existir (He. 11:3).
Esto hace relevante a la Biblia y digna de ser leída y atesorada por cada cristiano.
Comprender el mensaje que Dios ha plasmado en palabras debe estimular nuestra diligencia por su lectura, ya que ser indiferente a su Palabra es ser indiferente a Dios mismo.
Esta primera razón nos permite darnos cuenta de que leer la Biblia es importante debido a quién es su autor, pero también debido a su efecto en nosotros. Quien se expone a ella frecuentemente estará siendo capacitado para toda buena obra, ya que la Biblia es útil «para enseñar, reprender, corregir e instruir en la justicia».
Razón #2 – Porque Dios tiene algo que decirte
Aunque parezca increíble, nuestro Dios es un Ser relacional. Por causa de su amor, siempre ha tomado la iniciativa para comunicarse con sus criaturas. Su intención siempre ha sido la de revelarse a la humanidad y tener una relación de comunión.
En el Antiguo Testamento te puedes dar cuenta de un patrón que Él ha utilizado para comunicarse con su pueblo: por medio de mensajes.
Hay frases como:
- «Así dice el Señor (Am. 5:4)
- «Así dice el Señor Dios» (Ez. 12:28)
- «Declara el Señor» (Jer. 29:11).
Esta forma de comunicación, en la que el profeta llevaba un mensaje al pueblo de parte de Dios, constituía la manera en que Jehová revelaba su voluntad y cómo ellos debían atender a sus palabras.
Esta realidad en nuestros días no ha cambiado en absoluto. Dios sigue y seguirá hablando a su pueblo por medio de su Palabra escrita y predicada.
¡Esta es una buena noticia! Contamos con la Palabra más segura en la que podemos confiar y a la que debemos estar atentos (2 Pe. 1:19) y a través de ella conocer lo que Dios tiene que decirnos.
Por eso, si todavía te encuentras en el dilema de leer o no la Palabra de Dios, te aconsejo que pienses que cuando decidimos no hacerlo, estamos ignorando a Dios y, por lo tanto, cometiendo un pecado (Jer. 6:19; Pr. 1:29-33).
Razón #3 – Porque nos capacita para vencer la tentación
Seguro que te has sentido muy mal con Dios cuando has sucumbido ante el pecado.
Los sentimientos de rechazo de parte de Dios hacia ti, la culpabilidad y frustración al haber cedido a la tentación, no tardan en aparecer en nuestro interior. Esta es una batalla que tenemos todos los hijos de Dios (Ef. 6:12), Él lo sabe perfectamente.
Nuestro Señor Jesucristo, siendo el Dios encarnado, no escapó a la realidad de ser tentado. El diablo, en sus intentos de que Cristo se rindiera ante él, arremetió, tentándolo en no menos de tres veces (Mt. 4:1-11).
¿Pero cuál fue la repuesta de Jesús? Él respondió: «Escrito está» (Mt. 4:4, 7, 10).
Qué interesante es que esta afirmación la encuentras de manera común en las tres ocasiones en las que Satanás vino a tentarle.
¿Qué significa esto? Para Jesús, la Palabra de Dios era su arma para defenderse de la tentación. Era lo que lo mantuvo firme para hacer frente a tales tentaciones.
Recuerda que él tenía hambre y había ayunado por semanas. Entonces, si Cristo mismo apeló a las Escrituras para vencer la tentación, tú y yo deberíamos hacerlo también, y para ello necesitamos leerla.
Debemos tener en alta estima la Biblia, porque es el medio por el cual podremos hacer frente verdaderamente al pecado.
Piensa lo siguiente: un patrón de recaídas en las tentaciones que debemos enfrentar día a día, viene como resultado de que la lectura de la Palabra de Dios no ha ocupado un lugar central en nuestra vida.
Definitivamente, necesitamos las Escrituras como Cristo nos lo ha mostrado. Él es fiel y sin duda nos dará la victoria en momentos de tentación (1 Cor. 10:13; He. 4:16).
Razón #4 – Porque Dios nos santifica a través de su Palabra
Ya he mencionado la importancia que tiene la Biblia para que podamos sobreponernos a la tentación. Pero Dios, en su voluntad, se propone que vayamos un paso más allá.
Él no solo desea que podamos vencer la tentación, sino que trabaja activamente por medio de su Palabra, a fin de que podamos crecer en santidad y hacernos cada día más a la imagen de nuestro Señor Jesucristo (Ro. 8:29; Ef. 4:13).
Por eso Juan en su Evangelio nos presenta una oración que Jesús hace por sus discípulos, cuando su hora de partir había llegado, en la cual podemos extraer las siguientes palabras:
Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.
Juan 17:17 (NVI)
En un mundo en el que se nos presentan desafíos, especialmente el de mantenernos apartados para Dios, la Biblia es nuestro medio de gracia por el cual podemos ser santificados.
Ella es nuestro medio de santificación que nos permite:
- Distinguir la verdad del error, porque su testimonio es verdadero (Jn. 17:17)
- Esperar en Dios en medio de las pruebas y el sufrimiento (Sal. 119:81)
- Madurar en el conocimiento de su Hijo Jesucristo (1 Pe. 2:2)
- Vencer el pecado cuando nos encontramos en tentación (Mt. 4:1-11)
- Estar atentos para escuchar y recibir su mensaje (Ro. 10:17)
- Reverenciar su Palabra dándole el lugar que le corresponde (Sal. 138:2)
Esto solo puede ser resultado del efecto que la Palabra de Dios, a través de su Espíritu Santo, puede causar en nuestras vidas.
La santificación no está reservada para los más espirituales. Está a nuestro alcance y solo basta con que abramos nuestra Biblia.
En definitiva, tenemos buenas razones para comenzar a leer la Palabra de Dios. Nunca podremos crecer en santidad si no hacemos de la lectura de las Escrituras nuestra mayor prioridad.
Por tanto, ora para que Dios ponga en ti el deseo y la fuerza para leer su Palabra (Fil. 2:13). Pídele que te permita disfrutar de sus beneficios y considerar la importancia de leer la Biblia en tu día a día (Sal. 119:18).
Que Dios te bendiga.
Si no sabes por donde comenzar a leer la Biblia, te sugiero utilizar una guía de lectura bíblica y si quieres algo que sea fácil de seguir y no requiera mucho tiempo, descarga nuestro plan de lectura bíblica panorámica aquí abajo.