¿Te Atrasaste con tu Lectura Bíblica? Esto es lo que Puedes Hacer
Cada fin de año, muchos cristianos se proponen leer toda la Biblia en doce meses. Al llegar diciembre, hacen un recuento de lo logrado, pero también deben enfrentar con sinceridad aquellas metas que no pudieron cumplir. Una de las más comunes suele ser precisamente la lectura diaria de la Palabra de Dios.
Es probable que, al llegar la mitad del año, ya te hayas dado cuenta de que abandonaste el plan que habías iniciado con entusiasmo. Quizá comenzaste en Génesis con la mejor disposición, pero en algún punto, tal vez entre Levítico y las exigencias del día a día, perdiste el ritmo. Y ahora cargas con la sensación de haber fallado. Pero no eres el único.
No estás solo
La lectura constante de la Biblia es uno de los hábitos más difíciles de sostener en la vida cristiana. Por más que nos lo propongamos cada mes de enero, la realidad es que cuesta. Según estudios, solo el 32% de los cristianos protestantes en Estados Unidos leen la Biblia todos los días. Y aunque no tenemos cifras exactas para América Latina, no parece que estemos mucho mejor.
Así que si ya fallaste, no eres un caso raro ni un creyente de segunda categoría. Eres parte de una gran multitud de cristianos que, como tú y como yo, luchan diariamente contra la pereza espiritual, la distracción y la falta de constancia en las disciplinas espirituales que nos hacen crecer a imagen de Cristo.
Esto no significa que debamos tomar el fracaso a la ligera. Leer la Biblia no es un lujo espiritual, es una necesidad esencial para vivir en plenitud. Y cuando dejamos de hacerlo, debemos arrepentirnos no solo de lo malo que hicimos, sino también del bien que dejamos de hacer.
Pero el arrepentimiento no es el final: es el punto de partida para retomar el camino. Por eso, hoy quiero animarte a seguir adelante. Y quiero compartirte tres consejos que me han servido personalmente, o que he aprendido en el camino, para retomar la lectura de la Biblia.
1- Ponte metas más realistas
Si sabes que la lectura de la Biblia no es tu fuerte, no cometas el error de ilusionarte a leer 20 capítulos diarios y recuperar el tiempo perdido. Esto podría llevarte al desánimo cuando, por las tareas o el trabajo, no puedas completar uno o dos días.
Si es posible, proponte leer el Nuevo Testamento durante el año, o proponte leer un capítulo diario de la Biblia. Lo importante es que tu meta de lectura sea alcanzable.
El Señor Jesucristo enseñó sobre lo que cuesta seguirle. En esa enseñanza nos legó una gran enseñanza sobre la importancia planificar cuidadosamente lo que pretendemos hacer:
"Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar."(Lucas 14:28-30)
Planifica tu lectura bíblica de manera realista. Lo importante no es cuánto lees, sino que leas. Lee diariamente una porción que puedas entender, una porción que te ayude a orar, a conocer más al Señor. No corras ni abarques mucho, porque eso puede ser un arma de doble filo para tu avance espiritual.
2- No te desanimes cuando falles
El desánimo es lo peor que nos puede suceder cuando fallamos. En lugar de recobrar fuerzas, podemos comenzar por lamentarnos cada día y ver los días pasar de esa manera.
Si te pierdes tres días, no necesariamente deberías intentar leer todo el contenido de esos tres días en uno. Cumple con tu lectura hoy. Créeme que habrá tiempo para recuperar lo que no leíste. Lo importante es que no te desanimes.
Un principio básico que he escuchado por allí en internet últimamente es que los hábitos son mejores que las metas. Quizá fallamos constantemente en nuestra lectura bíblica porque nos enfocamos en la meta y no en el desarrollo del hábito de lectura.
Si leer la Biblia y orar se convierten en una meta numérica, probablemente olvidemos que son medios para tener comunión con el Señor y conocerle. Olvida la meta y cultiva el hábito.
3- Lee con alguien más
Algunas veces, me he acompañado de personas que lean la Biblia conmigo. Incluso si no estamos en el mismo lugar, podemos fijar una hora en común y luego conversar de lo que hemos leído cuando nos vemos. He leído con otros en persona, por llamada de teléfono, por videollamada, etc.
Como dice la Escritura:
“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.” (Eclesiastés 4:9-10)
Definitivamente, leer con alguien más puede serte de mucho provecho espiritual porque esta persona te levantará cuando caigas y tú podrás hacer lo mismo.
Al final, siempre y cuando leas un poco tu Biblia con la mente dispuesta a conocer verdaderamente a Dios, el Señor mirará con agrado tu esfuerzo por conocerle, amarle y obedecerle.
Así que, más que marcar cada día un número de capítulos, simplemente lee la Biblia, quién sabe si al final terminas leyendo más de lo planificado.
“Feliz es el hombre que posee una Biblia. Más feliz aún es quien la lee. Pero mucho más feliz es el que no solo la lee, sino que la obedece y la convierte en regla de su fe y de su práctica.” (J. C. Ryle)
Nota. Este artículo fue escrito originalmente en diciembre de 2020, y ha sido reeditado en 2025.
Sobre el autor
Hola, soy Diego Portillo, autor del artículo que acabas de leer. Soy miembro de Iglesia Bíblica de la Gracia en Ahuachapán, El Salvador, donde sirvo en la música. Estudié una Licenciatura en Idioma Inglés (Opción Enseñanza) por la Universidad de El Salvador y una Maestría en Estudios Teológicos por el MINTS International Seminary. Actualmente, quiero seguir estudiando para servir mejor a la iglesia.
Ayúdame a Seguir Estudiando Teología
Estudio teología porque quiero prepararme mejor para servir a la iglesia a través de la enseñanza, la predicación y la escritura de artículos que ayuden a otros a vivir centrados en Dios. Mi sueño es estudiar una Maestría en Divinidades en el Midwestern Baptist Theological Seminary, cuyo costo total es de $6,360 más gastos de graduación, $265.00 por materia (24 materias en total). Si deseas apoyarme en este camino, puedes hacer una donación, la cual irá directamente para ese fin. Y si no puedes donar, haz algo mejor: ora por mí.




