3 Principios para Trabajar y Estudiar para la Gloria de Dios
Una idea común en muchos cristianos es que lo que hacemos fuera de la iglesia durante la semana no tiene nada que ver con lo que hacemos dentro de ella los fines de semana. Muchos razonamos de esta manera:
- Mis cantos le pertenecen a Dios, pero mis negocios me pertenecen a mí.
- Mis talentos musicales le pertenecen a Dios, pero mis habilidades laborales, cualesquiera que estas sean, me pertenecen a mí.
- Mi formación cristiana por medio de sermones y discipulados le pertenece a Dios, pero mi formación académica en la universidad, el colegio o la escuela me pertenece a mí.
Sin embargo, esto no es lo que enseña la Biblia. El rey David afirmó en 1 Crónicas 29:14:
Porque, ¿quién soy yo, y qué es mi pueblo, para que podamos ofrecer espontáneamente cosas como estas, siendo todo tuyo, y que de lo que hemos recibido de tu mano, te damos?
Dios es el dueño de todas las cosas. Todo le pertenece a Él. Y cuando le damos algo, solamente le estamos devolviendo una pequeña parte de lo que ya es suyo. Esto incluye nuestro trabajo y estudios, la manera en que trabajamos y estudiamos, y los resultados que obtenemos.
Por eso, hoy quiero compartir contigo 3 principios basados en Génesis 41, los cuales nos ayudarán a glorificar a Dios en nuestro trabajo o estudios. Estos principios son: la paciencia de José, la perspectiva de José, y el carácter de José.
Contenido de este artículo
1. La Paciencia de José
El principio de la paciencia establece que Dios nos llama a trabajar con diligencia y confiar en su tiempo para ver los resultados de nuestro trabajo.
Génesis 41:1-13 relata que, después de dos años, Faraón tuvo un sueño que nadie podía interpretar. Fue entonces cuando el jefe de los coperos recordó a José, quien había interpretado sus sueños en la cárcel. Aquí hay un punto importante: José había pedido al copero que se acordara de él, pero pasaron dos años antes de que lo hiciera.
Si vamos más atrás, hasta el capítulo 37 de Génesis, notaremos que José tenía 17 años cuando la Biblia comienza a relatar su historia, lo cual incluye la traición y venta de José como esclavo por parte de sus hermanos. A estas alturas del relato, José ya tiene 30 años de edad (Gn. 41:46).
Esto significa que, al menos durante los últimos 13 años, José ha tenido que enfrentar una serie de adversidades, traiciones, acoso, acusaciones falsas, encarcelamiento injusto, y olvido por parte de aquellos a quienes les hizo favores. Sin embargo, José trabajó con excelencia en cada lugar donde Dios lo puso. En la casa de Potifar, llegó a ser el mayordomo, y en la cárcel, se encargaba de todo.
Esto puede resonar en muchos de nosotros. Quizá has estado esperando un cambio laboral o académico durante mucho tiempo. Tal vez has visto oportunidades esfumarse o tu carrera retrasarse por diversos problemas. Pero al igual que a José, Dios te llama al principio de la paciencia. Sigue esforzándote, esperando y confiando en Él. Sigue trabajando y estudiando con diligencia.
2. La Perspectiva de José
El principio de la perspectiva establece que Dios nos dota de habilidades útiles para el mundo que nos rodea, pero la única perspectiva correcta es atribuirle a Él la gloria por todo lo que nos permite hacer.
En Génesis 41:14-16, cuando Faraón llamó a José para interpretar sus sueños, José respondió: “No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón”. A pesar de ser el único capaz de interpretar los sueños, José no tomó el crédito por su habilidad. Reconoció que sus habilidades provenían de Dios.
Esto nos enseña a darle la gloria a Dios por nuestras habilidades y logros. Si eres bueno en ciencias, artes, leyes, idiomas, negocios, o cualquier otra área, recuerda que es Dios quien te ha dado esa sabiduría. Cuando te destaques en tu trabajo o estudios, di: “No está en mí; Dios lo ha hecho”. Cuando la gente te busque para asignarte tareas importantes porque eres el más capaz, di: “No está en mí; Dios lo hará”. Esta perspectiva te mantendrá humilde y enfocado en Dios y su propósito para tu vida.
3. El Carácter de José
El principio del carácter establece que Dios nos llama a desarrollar un carácter apto para cumplir grandes responsabilidades, sin excusarnos en que somos demasiado jóvenes.
Génesis 41:37-40 y 46 nos muestra que José, a los 30 años, fue puesto a cargo de toda la tierra de Egipto para evitar una hambruna. Su tarea incluía estudiar las condiciones de la tierra, distribuir el trabajo, asegurar una producción abundante, y planificar la distribución y venta de alimentos. José tenía el carácter adecuado para cumplir estas responsabilidades.
Por nuestra parte, vivimos en una sociedad que a menudo subestima a los jóvenes, viéndolos como inexpertos o irresponsables. Pero como cristiano, estás llamado a desarrollar un carácter que refleje madurez y responsabilidad. Pablo le dijo a Timoteo: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes” (1 Timoteo 4:12). Esto no es un regaño a los mayores, sino un llamado para el joven Timoteo. Trayendo la enseñanza a tu vida, es un llamado del Señor para ti, un llamado a crecer en carácter y no ceder ante los bajos estándares de la sociedad.
José nos muestra cómo un carácter fuerte y bien formado puede llevarnos a cumplir grandes responsabilidades. Al igual que José, no seas niño en tu trabajo o estudios. Desarrolla un carácter que te haga apto para cumplir grandes responsabilidades, sin importar tu juventud.
Conclusión
La vida de José nos enseña que para glorificar a Dios en nuestro trabajo o estudios, necesitamos paciencia, una perspectiva correcta y un carácter fuerte. Durante los años difíciles que José pasó como esclavo y prisionero, él continuó trabajando con excelencia y confiando en Dios. Al final, vio los frutos de su paciencia, perspectiva y carácter.
1. Paciencia: Trabaja con diligencia y confía en el tiempo de Dios.
2. Perspectiva: Reconoce que tus habilidades vienen de Dios y dale la gloria por ellas.
3. Carácter: Desarrolla un carácter fuerte y responsable, digno de grandes responsabilidades.
Espero que estos principios te sean útiles en tu día a día. Recuerda siempre que todo lo que haces, incluso lo que parece mundano, puede y debe glorificar a Dios.
Nota: El contenido de este artículo fue presentado como sermón para los jóvenes de Iglesia Bíblica de la Gracia en Ahuachapán, El Salvador, el sábado 1 de junio de 2024.